Se habla de deuda de producto para describir las consecuencias negativas que pueden generarse entorno a un producto. Esto puede deberse a la falta de un equipo de producto sólido. También puede deberse a la dispersión de las habilidades de producto dentro de la organización o a la fragmentación entre diferentes departamentos (marketing, ventas, técnico, etc.). El concepto está inspirado en la idea de la deuda técnica de Ward Cunningham.
La falta de un equipo de producto sólido limita la capacidad de acción en el producto y conlleva decisiones a corto plazo. Esto resulta en deuda de producto. Los síntomas incluyen perturbaciones en la experiencia del usuario, creación de funcionalidades poco utilizadas o difíciles de mantener. En general, esto conlleva una degradación del producto y dificultades para ofrecer valor a los usuarios.
En caso de fragmentación de los equipos de producto, la deuda a menudo evoluciona según el departamento en el que se encuentren las habilidades de producto. Por ejemplo, el Marketing tiende a acumular nuevas funcionalidades "de moda" sin interactuar con el equipo técnico. Esto podría afectar a la coherencia a largo plazo del producto. Las demandas de los clientes podrían influir demasiado en las ventas. El departamento técnico también podría priorizar la estabilidad del producto en detrimento del valor comercial o nuevas funcionalidades.
Por lo tanto, reducir al máximo la deuda de producto será uno de los objetivos del Product Manager. Sin embargo, durante las fases de discovery del producto, cuando se trata principalmente de validar los problemas que los usuarios enfrentan, es posible contraer deuda técnica para ayudar a validar o invalidar las suposiciones iniciales. Luego, será necesario pagar esta deuda.
Para más información: Descarga nuestro libro Las organizaciones orientadas a producto
Copiar el enlace
